jueves, 3 de septiembre de 2009

necesitaba salir de aqui, necesitaba escapar de todo, me sentía invadida por todos, no podía pensar con claridad, tenía pensamientos confusos. Llegué incluso a pensar que hubiera sido mejor si no tuviera a mi hija, ¡que habría sido de mí!. Durante un rato me imaginé todo eso, y me escandalizó el hecho tan solo de haberlo imaginado. Y me obligué a escapar, durante unos dias tan solo, pero escapar de la telaraña me había montado en mi vida. Salí para mirar atras, para ver desde fuera lo que es mas importante, donde estaba mi centro. Como dice la canción me fui para echarte de menos. Y lo hice me fui y pensé que era mejor quedarme alli, busqué trabajo, un piso, colegio,... pensé en quedarme, hice planes y pensé de nuevo, que no podía dejarte atras, que no eres digno de tener mi compañia, ni yo lo soy de tener la tuya, que no tenemos apenas nada en comun, pero que nos une algo mas fuerte que nosotros mismos, que no podemos evitar el mirarnos a la vez, no podemos evitar rozarnos al pasar, y al final es algo inexplicable.
En el viaje de vuelta seguía pensando en todo, si realmente merecía la pena, si todo no iba a ser en vano. Tenemos mucho que luchar, aparte de lo que hemos luchado ya, tenemos mucho que abordar, y mucho que disfrutar, que no todo va a ser luchar.

jueves, 16 de julio de 2009

La importancia de nacer

Siempre se dice que todos los días se sabe algo más que el dia anterior, y que siempre se aprende algo nuevo. Hoy me da por pensar en lo que puede abarcar toda una vida. Desde que nacemos, la misma forma en que lo hacemos, nos va cambiando el curso de nuestra vida. Si un bebé nace, en un ambiente calido, lleno de amor y respeto, donde lo mas natural del mundo es eso, nacer; el curso de su vida va a ir por el mismo camino, será amado y respetado y aprenderá a amar y a respetar de la misma forma que lo han hecho con él, será algo recíproco. En cambio, si un bebé nace, en un ambiente frio, desapacible, donde no tiene cabida el amor de su madre, y donde la violencia, los malos tratos, y el abandono son sus compañeros de travesía; éste bebé será apartado, y apartará de su lado, será castigado y castigará, será maltratado y maltratará, de nuevo aprenderá a tratar de la misma manera que lo han hecho con él.
Digo todo esto porque partidaria del parto natural, en mi caso fui sometida a una de tantas cesareas innecesarias que se practican en nuestro país, y estoy intentando concienciar a mi circulo de amistades y allegados, que es la mejor opcion antes de dejarse llevar por el protocolo médico y hospitalario, donde no tienen en cuenta, la mayoria de las veces, las opiniones ni los sentimientos de sus pacientes, su objetivo es sacar al niño y a la madre vivos, pero ¿a que precio?. ¿Que nos está costando a las mujeres españolas que nos saquen vivos a nuestros hijos de nuestras entrañas?. Creo que la misma sociedad nos lo está advirtiendo ya.

domingo, 28 de junio de 2009

la sabiduria de mi hija

Observando el comportamiento de mi hija en sus juegos me doy cuenta de tantas cosas; no hace nada que no quiera hacer mientras juega, todo está permitido, soy yo la que le pone limites. Cuando habla, dice exactamente lo que quiere decir y como lo quiere decir, soy yo la que la corrige. Come lo que quiere y cuando lo quiere y lo que realmente le gusta , soy yo la que le da a comer lo que creo que es mejor para ella. Y me planteo, ¿que es realmente lo correcto?si ella con tres años de edad sabe lo que quiere, como lo quiere y cuando lo quiere, ¿quien soy yo para coartarle su libertad?.
Es algo que pienso a menudo, que lo que hago es educarla, para que viva feliz en esta nuestra sociedad, que tiene unos limites y unas leyes que hay que cumplir, pero no puedo dejar de pensar en si realmente esos limites y leyes son los correctos, si realmente lo estoy haciendo bien. Creo que mas bien es eso, que busco reafirmar mi postura de madre, rebatiendome a mi misma y ganandome, convenciendome de que hago lo correcto.

viernes, 19 de junio de 2009

intentando ser padres

Hoy he tenido un día de castigo para mi hija, la "seño" me dijo que en clase, mi hija, no le hacía caso a varias cosas que le había dicho y que ha tenido que castigarla en el rincón varias veces. Cuando he llegado al colegio para recogerla estaba castigada en un rincón en la clase, y tuve que hacerme pasar por enfadada cuando en realidad no lo estaba. Parece fácil poner cara de enfado, pero cuando realmente no lo estas, me resultó muy difícil no soltar una carcajada al ver la cara de mi hija triste porque le habían castigado. Y creo que ese puede ser unos de mis problemas con ella, que como me pone esa carita tan linda de pena y me dice: "mamá yo me voy a portar bien, ya no lo hago mas" y entre sollozos:"mamá, te quiero mucho", pues la verdad es que me derrito, le doy un abrazo y un beso y como si no hubiera pasado nada. Después cuando nos sentamos a la mesa es otra batalla, a ver quien gana, si ella en no comer o yo desesperada por que tome un bocado; uuuufffff!!!! me exaspera. Hoy la castigué sin comer, me sentía mala persona, pero no tuve otra idea mejor. Comenzó a llorar al sentarse, que no quería esa silla, después le puse unas aceitunas en el plato y empecé a cortárselas y se puso a llorar porque se las había cortado, hoy teníamos salmorejo, le puse un huevo duro y siguió llorando porque no lo quería, le puse taquitos de jamón y de nuevo a llorar porque eran trozos muy grandes, y por ultimo le hecho el salmorejo en el plato y ahora llora porque no lo quiere. Desesperada, le grité: "que no quieres? bien, ahora no comes hasta la merienda". Le quité el plato de delante y llorando se fue a su habitación. Intenté seguir comiendo pero se me había cerrado el estómago. Fui a su habitación y le explique lo que había pasado, que me había enfadado con ella pero que aun la quería mucho, pero que estaba castigada y que tenía que cumplir el castigo. Le puse una película de princesas y se quedó tranquila, mas o menos.
Estábamos en casa de mi madre, donde hay una piscina, pero como estaba castigada no podía bañarse. Tenía hambre y a escondidas cogió un helado del congelador y se fue al cuarto de sus juguetes a comérselo, empecé a llamarla y no me contestaba y cuando llegué al cuarto estaba sentada frente de su cocinita y no giraba la cabeza, le hablaba pero seguía sin volverse, yo sin imaginar que había cogido el helado, pensaba que estaba de nuevo llorando y me acerqué:"cariño, no puedes llorar siempre..." cuando vi el helado... de nuevo le grité: "hasta la merienda no comes", le quité el helado y lo guardé en el congelador. Y de nuevo a llorar, esta vez mi madre se mete por medio, como buena abuela, diciendome que si la niña tiene hambre que coma, a lo que le contesto que tiene que comer a sus horas y lo que haya para comer, y no comer lo que se le antoje, si por ella fuera estaría a base de galletas, chocolate y helados.
Pero siguió inspirada toda la tarde, mientras estaba con mi madre viendo la tele, escucho la puerta, y la llamo, como siempre no contesta, me levanto corriendo, y voy tras de ella, y la encuentro sentada en las escaleras de la piscina, me asusto y de nuevo le chillo: "por favor, sal de la piscina y entra en casa, que estás castigada", a lo que me contesta: "ya vamos a empezar a enfadarnos, otra vez", me sorprendió la respuesta y tuve que reírme, dandome la vuelta para que no me viera. A eso de las 6, nos fuimos al parque con su tía, había mas niños en el parque, y empezó a jugar con ellos, hasta que a los 10 min. escucho el primer llanto, ¿que ha pasado? un niño llorando, "que tu hija me ha pegado en la espalda...", y allá voy de nuevo en plan sargento, a investigar que ha pasado, como si fuera de la policía científica. Resultó que mi hija se había colado en el tobogán y este niño no le dejaba subirse hasta que no guardase la cola, a lo que respondió con un empujón que tiró al niño por el tobogan. Otro castigo más, me la llevo del escenario del crimen y de nuevo la reprimenda y castigada en el rincón y mamá al lado para que no se escape. Parecía que me castigaba yo misma, me decía mi cuñada. Al rato queda en libertad, pero de nuevo al poco tiempo, otro niño llorando, y ahora ¿que pasa?, otra vez el detective en busca de pruebas, pero esta vez no se necesitan muchas para que el veredicto sea culpable, un grupo de niños están recogiendo todas las ramitas del enorme árbol que hay en el parque y las están reuniendo para jugar a ir de camping. Mi vástago se dedicó a romperles todas las ramas, y al ver como lloraban se reía de ellos. Eso me superó, la cogí de un brazo, y de un tirón la alejé de los niños, sin decirle nada la senté en una silla y allí estaría hasta que me fuera. Al rato nos fuimos a dar un paseo y de nuevo, entramos en una tienda, y la niña sale corriendo, estábamos en el centro comercial de la calle ancha, y mi cuñada sale detrás de ella, que va corriendo y quiere bajar las escaleras, mi cuñada la llama y ni caso, ella sigue su camino, escaleras abajo. Hasta que llego yo, la cojo de la mano y la castigo de nuevo, "de la mano todo el rato". De nuevo llantos, pataletas y todo lo imaginable que puede hacer un niño cuando está castigado y sabe que la presión social está de su parte y que cuando se le escucha llorar en un lugar publico, siempre estará respaldado por alguien. La típica frase "hay pobrecita,¿porque lloras?, que mala es tu madre que te castiga", no falta en el lote, así que ahí me tienes, con una niña que hoy estaba insoportable, llorando en un centro comercial, un viernes por la tarde y todo el mundo mirándote como si fueras un ogro. Si es que educar es una tarea que dura toda una vida, primero son tus padres, pero después le toca a una y no creas que es algo tan fácil, (aunque lo parezca viendo supernanny) como para que encima me digan hoy eso de "¿y el hermanito, para cuando?". Aaaaaggggrrrr!!!!

viernes, 29 de mayo de 2009

Ser o no ser

Hay un cantico por aqui muy famoso que dice:
Mi madre me dijo a mi
que cantara
y no llorara;
ole, ole, ole, ole
que echara
las penas a un "lao"
cuando de ti
me acordara.
Con el vele, vele, vele,
a perra chica claveles,
que mi novio es sevillano,
que bonito y que bien huelen
por la mañana temprano.
Por aqui, la hermandad de mi pueblo ya salió camino del Rocío, el miercoles por la mañana,
y con su simpecado, sus bueyes, sus caballos; las calles se visten de flores de mil colores que se confunden con los colores de los trajes de flamenca. La alegria se palpa en el aire, ya huele a playa, a arena, imagino el embarque de la hermandad con mil personas cantando y bailando a su alrededor. El vino se mezcla entre las olas para llevar a las hermandades al coto, por donde pasaran durante tres dias, por el mismo camino de siempre, la misma arena. La alegría de un pueblo que va en romeria a ver a su virgen, desde hace ya casi 400 años, es algo que no se puede describir con palabras, es mas un sentimiento.
Hace mas de ocho años que no piso esas arenas y aun sigo soñando con pisarlas algun día, con volver a pasar por alli. A volver a cantar con mis padres y mis hermanas, como hacíamos de niñas, a volver a acampar bajo los pinos, a rezar el rosario a media noche y escuchar la misa al alba. En mi familia nunca fuimos muy creyentes, casi nos declaramos ateos, pero llega esta epoca y nos questionamos nuestro ateismo, para disfrutar de estos momentos en los que la fe nos une. No sé como explicarlo, a veces me resulta un hecho egoista, el "creer" sólo en esta epoca, me cuestiono mis creencias personales, hasta que llega mi madre y me canta la sevillana primera; me olvido de mis prejuicios y salgo a bailar, y a cantar. Por encima de todo nos merecemos ser felices, ya sea por convencimiento propio o ajeno.

jueves, 14 de mayo de 2009

otro punto menos

"Era el cumpleaños de su hijo, y no fue capaz de aparecer. Se sentía mal, mal consigo mismo, mal con todos. Ya no se sentía como persona, sino como el perro al que echan de casa, sentía rabia, desconsuelo, tristeza.
Estaba en casa, le dolía la barriga; había somatizado su sentir. Vomitó, y golpeando la pared se prometió no volver a jugar nunca más. Nunca más una moneda caída de sus manos volvería a sonar en la caja de recaudación. Nunca más se dejaría llevar por el sonido embriagador de aquellos aparatos.
Se metió en la ducha, limpió todo, se vistió y salió a la calle, se pensaba un hombre nuevo, renovado. Metió la mano en el bolsillo y encontró una moneda, cambió de sentido y de dirección, se metió en el mismo bar de siempre, se dijo -¿Y si es hoy cuando cambia mi suerte?-."

viernes, 8 de mayo de 2009

El pasado sale a mi encuentro

Después de muchos años, he recibido un mini mensaje de un antiguo compañero de clase. He sentido nostalgia al ver sus fotos y recordarlo en el colegio. Algo se ha movido dentro de mí. Hace ya mucho tiempo que en ocasiones soñaba con él, y por las mañanas me levantaba perturbada. Me preguntaba por qué seguía ahí en mi cabeza; y cuando llevo ya mucho tiempo sin pensar en él y ya casi lo había olvidado, va y me encuentra. No sé que pensar, no creo que él haya tenido la misma obsesión conmigo, no creo que me halla buscado tan sólo me ha encontrado. Tan sólo ha sido casualidad.
Aun recuerdo cuando en el colegio, nos llamaban novios (cosas de niños) y yo toda roja y enfadada, salía corriendo. Que tiempos aquellos, en los que llevar un lazo en el pelo te hacía sentir guapa, o lo bien que te lo pasabas jugando a la china o al elástico. Nada más te preocupaba.
Nostalgia de aquel tiempo, de aquel primer amor, que nunca se olvida, aquella inocencia.
Ahora miro a mi hija y me veo en aquella época. La veo tan inocente, con la mirada limpia, sin tener que esconder nada y sin preocuparse de nada. Espero que mi hija tenga la infancia que yo tuve, feliz. Y que el pasado que sale al encuentro, sólo lo haga de paso.